¡Vaya sorpresa! Es la expresión que describe lo que fue estar unos días al volante del totalmente nuevo Dodge Attitude 2025. Así es, el que alguna vez fuera un sedán subcompacto, ahora es algo diferente pero en serio, básicamente no tiene nada que ver como antes lo conocíamos, incluso creo que a nivel mercadológico, le hubiera sentado de maravilla, llamarse de diferente manera.
Ahora bien, dejemos en claro que sí, este no es un auto fabricado por la marca perteneciente a Stellantis, sino que se trata de un producto de origen Chino, es decir, la misma fórmula que ya se utilizó con Journey, aquí se replica. Sin embargo, hay que aplaudir que no, nuevamente, funciona y funciona muy bien.
Fabricado por GAC y nombrado en otros mercados como EMPOW, el Dodge Attitude llega a México por la puerta principal y lleva puestos lentes oscuros como el galán que es, luciendo mayores dimensiones, ahora juega en la liga de gigantes como el Mazda3, Volkswagen Jetta, Kia K4 y Nissan Sentra.
De apariencia agresiva, ruda y con mucha deportividad en sus líneas, de esas que difícilmente pasan desapercibidas. Incluso en la versión GT, que es la que pudimos probar, hay detalles en tipo fibra de carbono en diferentes partes de la carrocería, rines de 18” en color negro, cuatro salidas de escape 100% funcionales y un poco discreto alerón trasero.
Básicamente, un diseño que cumple satisfactoriamente su propósito que es “llamar la atención”.
El interior tampoco es discreto, apuesta por la misma deportividad del exterior, con muchos detalles en color rojo, presentes en puertas, tablero, asientos y costuras. Me gustó que el acabado negro brillante no fue invitado a la fiesta y que en su lugar, se optó por una superficie que simula fibra de carbono.
El diseño no tiene queja alguna, ni mucho menos la selección de materiales, buenos tactos, buenos acabados, buena integración de toda la cabina. 10.25” para ambas pantallas, cluster e infotenimiento, carga inalámbrica, aire acondicionado automático doble zona, asientos calefactables y ventilados.
Todas las versiones incluyen seis bolsas de aire y en la GT, ya se equipan asistencias avanzadas de conducción, 10 en total y por supuesto cámara de reversa.
Dinámicamente, lo hace bastante bien, sin embargo, llegan a haber ocasiones en las cuales, la comunicación entre motor y transmisión, no es la mejor y parecen estar peleados. Fuera de ello, el desempeño es correcto, sí, hay cierto retraso del turbo, pero una vez alcanzado el régimen correcto, se disfruta de un buen dinamismo en la marcha. La suspensión se lleva bien con la calle y la dirección transmite muy bien hacía dónde estás apuntando.
Ayuda mucho a esa sensación deportiva, el sistema de escape activo, el cual puede configurarse desde los modos de manejo y un botón de acceso directo, bien ahí por no ofrecer sonido artificial.
Por cierto, la propuesta mecánica no es nada innovador, ni nada que no se haya visto antes y está conformada por un bloque 1.5 litros turbo, de 168 hp y 184 lb-pie de par, caja DCT de siete velocidades y tracción al eje delantero.
Dodge Attitude se ofrece en tres versiones:
- SXT $399,900
- Sport $454,900
- GT $488,900
Personalmente, me dejó con un buen sabor de boca, muy sinceramente mis expectativas no eran las mejores respecto a este producto, pensando que sería uno más del montón y la sorpresa fue bastante positiva.
Insisto, de haberse llamado “Stratus” y renombrar a la versión GT, como SRT4, mediáticamente, funcionaría mejor, mucho mejor.
